Los irrigadores dentales se pueden usar tanto antes como después del cepillado y el hilo dental. En ambos casos ayudará a eliminar los restos de comida en las zonas más difícil.
Para usarlo correctamente, tendrá que seguir estos pasos:
Conectarlo a una fuente de agua
Esto dependerá un poco del modelo. Los irrigadores portátiles deben conectarse al grifo, o al depósito incluido en el aparato en su caso.
Recuerde siempre utilizar agua templada, especialmente si padece de sensibilidad dental.
Colocación
Coloque la boquilla en su boca, inclinándose sobre la pila para no salpicar sobre la encimera. Lo ideal es comenzar por las muelas, manteniendo el irrigador un poco separado de dientes y encías.
Seleccione la presión
Según el modelo, podrá escoger el nivel de presión antes de encenderlo. Comience con el nivel más bajo, y vaya aumentando la presión gradualmente.
Siga la línea de la encía
Para garantizar la correcta limpieza de su boca siga la línea que la encía dibuja sobre sus dientes, teniendo especial cuidado en los espacios interdentales.
Vacíe el depósito
Al finalizar, apague el dispositivo y vacíe el tanque de agua sobrante. Es importante no dejar nunca agua en el tanque, pues podrían proliferar bacterias.
Limpie el dispositivo
Tras cada uso deberá limpiar el depósito del irrigador, para garantizar su higiene.
¿Cuántas veces al día se puede usar el irrigador dental?
Lo recomendable es usarlo tras cada comida, para asegurarse que elimina cualquier resto y suciedad que pudiera quedar en los dientes.
Es importante no usarlo más de 5 minutos seguidos, porque podría dañar los dientes.