La Casa de Bernarda Alba, un pequeño Resumen

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La casa de Bernarda Alba Ambientada en un pequeño y tradicional pueblo andaluz justo antes del estallido de la Guerra Civil Española, La Casa de Bernarda Alba sigue a la adinerada Bernarda Alba y sus cinco hijas solteras: Angustias (39 años), Magdalena (30 años), Amelia (27 años), Martirio (24 años) y Adela (20 años), en los días inmediatamente posteriores a la muerte de su esposo Antonio.   Atrapadas dentro de la casa de paredes blancas de Bernarda por una combinación de la tiranía de su madre, los roles de género restrictivos de su sociedad y la falta de otro lugar a donde ir, las cinco hijas luchan por imaginar un futuro para ellas mismas y comienzan a pelear por el único soltero elegible que queda en pueblo, el mujeriego Pepe el Romano. Justo después del funeral de Antonio, Poncia y La Criada, que trabajan como sirvientas en la casa de Bernarda, limpian frenéticamente y se compadecen de la crueldad con la que los trata Bernarda.   Al fin y al cabo, Bernarda pasa su vida encerrada en casa, chismeando sobre los vecinos y preocupándose de que sus hijas se casen con alguien de menor estatus social. Al regresar del funeral, Bernarda inmediatamente comienza a criticar a la doncella, Poncia y sus hijas por infracciones que van desde llorar demasiado alto hasta ofrecerle el abanico del color equivocado. Explica que pretende hacer que sus hijas pasen ocho años de duelo dentro de casa, como manda la tradición. Mientras tanto, desde el interior de la casa, María Josefa, la madre de Bernarda, grita que su hija la ignora y que desea ser libre. Cuando Adela informa que Angustias estaba escuchando a escondidas la conversación de los hombres del lugar después del funeral, Bernarda comienza a golpear a Angustias y exigirle una explicación. Bernarda le dice a Poncia que nadie en el pueblo es lo suficientemente bueno para sus hijas, pero que tampoco permitiría que se mudaran. Las hijas discuten sus sombríos puntos de vista sobre el amor y el matrimonio, y estalla una pelea entre las hijas y Bernarda cuando se descubre que Pepe quiere casarse con Angustias por su dinero (como hija del primer marido de Bernarda, Angustias es más rica que sus hermanas). .   La anciana María Josefa sube al escenario, dice que quiere dejar el pueblo y casarse, e insiste en que ninguna de sus nietas encontrará marido. Las hermanas arrastran violentamente a María Josefa de regreso a su habitación y cierran la puerta. Algún tiempo después, las cuatro hermanas mayores están bordando lino en preparación para el día de su boda. Angustias explica que Pepe el Romano le ha pedido que se case con él. Poncia la felicita, pero también advierte que todos los hombres eventualmente se cansan de sus esposas y en su lugar recurren a la bebida y al adulterio. En privado, Poncia también le dice a Adela que la vio viendo a Pepe y Angustias encontrarse por la noche, y sabe que Adela también está secretamente enamorada de Pepe. Las mujeres oyen a los jóvenes peones regresar del trabajo y sueñan con salir, pero saben que no pueden. “Nacer mujer es el peor castigo”, concluye Amelia.   Angustias revela que la foto de Pepe que guardaba debajo de la almohada ha desaparecido y Poncia la encuentra en la cama de Martirio. Martirio afirma que esto fue una broma, pero Adela acusa a Martirio de amar también a Pepe, y las otras hermanas le dicen a Angustias que Pepe solo quiere su dinero. Poncia advierte en privado a Bernarda del “monstruoso” conflicto que se gesta entre sus hijas, porque está claro que Pepe y Adela están realmente enamorados. Pero Bernarda insiste en que todo está bien y le dice a Poncia que “trabaje y tenga la boca cerrada”.   Cuando Poncia señala que Pepe estuvo hablando con Adela a altas horas de la noche, Bernarda la llama mentirosa, pero Martirio se da cuenta de que hay un problema. Mientras tanto, la gente del pueblo arrastra a una mujer a la calle, con la intención de matarla, porque tuvo un hijo fuera del matrimonio y luego lo mató. Bernarda los anima mientras Adela se sujeta el estómago con horror, lo que sugiere que está embarazada del hijo de Pepe. Una vecina, Prudencia, la visita para cenar y explica cómo los conflictos por la herencia de su marido y la desobediencia de su hija están destrozando a su familia. Bernarda la elogia por preservar el honor de su familia y encontrar consuelo en la iglesia, incluso si eso hace que su vida diaria sea miserable. Bernarda comparte la noticia del compromiso de Angustias y Prudencia felicita a la familia, aunque el anillo de compromiso de perlas le recuerda a las lágrimas. Prudencia se va, Bernarda le asegura a Angustias que Pepe no le oculta nada y las otras hermanas miran las estrellas y sueñan con la libertad. Bernarda reprende a Poncia por sugerir que algo anda mal con el compromiso de Angustias, pero Poncia y la Criada coinciden en que Bernarda elige vivir en la negación. Poncia cree que Adela hará cualquier cosa para recuperar a Pepe de Angustias. ¿Quieres saber más?